
Las tierras raras son un grupo de 17 minerales estratégicos fundamentales para la industria tecnológica y automotriz global. El control y dominio por parte de China es total. En 2023, China produjo 240.000 toneladas métricas de óxido de tierras raras (el segundo país es Estados Unidos, con 43.000 toneladas). Además, China posee entre el 37% y el 49% de las reservas mundiales y procesa casi el 99% de las tierras raras pesadas que se usaron en el mundo 2024.
Desde el 2 de abril, debido a los aranceles que Estados Unidos impone a sus productos, Pekín impuso un nuevo régimen de licencias que obliga a las empresas extranjeras a solicitar permisos para exportar determinados minerales (samario, gadolinio, terbio, disprosio, lutecio, escandio e itrio) e imanes derivados. El proceso, muy lento, ya está generando cuellos de botella en el suministro de algunos sectores, sobre todo el del automóvil.
Pánico en la industria automotriz
Frank Eckard, director ejecutivo de un fabricante alemán de imanes, cuenta a Automotive News que «toda la industria automotriz está sumida en el pánico», buscando fuentes alternativas de imanes por lo que esperan cualquier precio». Varios productores de automóviles europeos han advertido de que las restricciones chinas están generando “importantes perturbaciones” que se han traducido en el cierre de líneas de producción en Europa.
Esto afecta sobre todo a los coches eléctricos, ya que un vehículo eléctrico promedio utiliza alrededor de 0,5 kg de tierras raras, mientras que un automóvil de combustible fósil utiliza solo la mitad, según la Agencia Internacional de la Energía. Y es que hay tierras raras en retrovisores, altavoces, bombas de aceite, limpiaparabrisas o los sensores de fugas de combustible y de frenos, por ejemplo.
La industria teme que la situación de las tierras raras pueda derivar, tras la pandemia y la ecasez de semiconductores, en la tercera crisis masiva de la cadena de suministro en cinco años.
¿Hay luz al final del túnel?
En los últimos años se ha intentado reducir la dependencia de China en el uso de imanes de tierras raras. Fabricantes de automóviles como General Motors y BMW, así como grandes proveedores como ZF y BorgWarner, están trabajando en motores con un contenido de tierras raras bajo o nulo. Eso sí, pocos han logrado escalar la producción lo suficiente como para reducir costes. Y las empresas que han desarrollado productos comercializables tienen dificultades para competir con los productores chinos en cuanto a precio.
Toca pues priorizar los suministros de reserva. El Grupo Hyundai ya ha comunicado que dispone de una reserva estratégica de tierras raras para producir coches híbridos y eléctricos durante un año. También se sabe que Mercedes-Benz se encuentra negociando con proveedores para crear creación de reservas de tierras raras. Está por ver si resisten si se desata una crisis de gran magnitud.
Cuidar las relaciones con China
Reducir la dependencia con China es clave desde el punto de vista geoestratégico. La Unión Europea ha puesto en marcha iniciativas, como la Ley de Materias Primas Críticas, para fomentar la producción local y el reciclaje de tierras raras, pero el avance es lento y enfrenta desafíos económicos y tecnológicos.
Toca pues, negociar. Desde China proponen establecer un «canal verde» para facilitar la exportación de minerales estratégicos a empresas europeas. ¿Significaría esto el fin a los aranceles de coches eléctricos chinos? También Donald Trump ha tenido que negociar para permitir el flujo de minerales e imanes de tierras raras a Estados Unidos.
Y es que la dependencia de los fabricantes de automóviles de China no se limita a las tierras raras. Un informe de la Comisión Europea de 2024 indicó que China controla más del 50 % del suministro mundial de 19 materias primas clave, como el manganeso, el grafito y el aluminio.
Fuentes: Automotive News, RTVE, El Español